En una educación evangelizadora y humanizadora procuramos , desde las tempranas edades, despertar en los estudiantes la sensibilidad espiritual que le lleve a reconocerse a sí mismos como un ser trascendente y en comunión con los otros. Los grupos juveniles vienen a complementar la formación integral y permite el desarrollo de la dimensión comunitaria de la fe y el compromiso misionero.